Te digo adios para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti.
viernes, 25 de junio de 2010
♥
Es esta manera absurdade aferrarme a todo lo que ves y tocas, y esta forma tan idiota de extrañarte en cada minuto que no estas. Este miedo a fracasar, de no ser lo que esperas. Es la sonrisa en tu boca que me saca de mi vida y me eleva a otra, y esta suerte del destino que se ha empeñado en ponerte en mi camino. Estas ansias del querer que solo quieren besarte, estas lagrimas de amor que se mueren por tocarte. Estas frases y poesia que pretenden aferrarte, esta luna y estos días me dicen que ahora eres mio. Y cuando estoy con vos el pasado se hace nada y soy feliz con tu mirada.
♥
¿Como hacer para ver cuando todo cambia? Me cuesta creer. ¿Dónde estoy? ¿Dónde voy entre tanta gente? Cada vez que en mi crecía algún deseo los miedos me encerraban. En mi corazón nació un sueño y aquí estoy. ¿Como ver y entender que hoy todo es diferente? Y soy la misma de ayer. No me voy, aquí estoy; entre tanta gente grito sin temor. ¡CUIDA MI AMOR!
Si Aladino aprendió que los deseos por más inalcanzables o descabellados que parezcan hay que animarse a intentarlos, arriesgarse a la aventura de dar el primer paso. Y una vez que damos ese primer paso, y aunque la lucha resulte despareja, siempre hay que seguir adelante. No hay que rendirse; como Aladino, cuyo sueño de casarse con la princesa y ser príncipe era un sueño imposible, sin embargo, cuando la llevó a ver el mágico mundo en su alfombra mágica, supo que había hecho bien en dejarse guiar por sus deseos. Porque los deseos muchas veces son buenos guías, nos muestran el lugar hacia donde partir. Como así también, a veces los deseos nos muestran el lugar al que hay que volver. Y como Aladino, cuando volvió al palacio, aprendió que a veces el secreto no es vivir deseando lo que no se tiene, sino querer lo que se tiene. Y una cosa hay que aprender: nuestros deseos no siempre van a cumplirse ya, aquí y ahora. Es parte de la vida aceptar que nuestros deseos no siempre son órdenes para un genio bueno. A veces otros deseos ajenos son los que ordenan nuestra vida, pero lo que nos enseña la historia de Aladino es que el genio que si puede escucharnos siempre no está en ninguna lámpara maravillosa, sino dentro de nosotros mismos. Dentro nuestro hay un genio poderoso que puede cumplir nuestros sueños. Ese genio espera nuestras órdenes y quiere cumplir nuestros deseos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)