martes, 1 de septiembre de 2009
Vas caminando por la calle y miras la cara de la gente, de todas las personas; tiene una mirada pérdida, todos parecen preocupados por algo, apurados como si algo o alguien los corriera. Todo pasa tan rápido, las horas los minutos los segundos, que pareciera que no hay tiempo para nada; en un cerrar y abrir de ojos ya es otro día, ya paso un mes, ya empieza otro año. Ya no sos la misma nenita que ayer, pero todavía no sos una mujer, no tenes las mismas responsabilidades que antes ni tampoco las que vas a tener un tiempo después. Tenes que dejar de pensar en las muñecas, en las peleas con tu amiga por a las dos les gusta el mismo chico, peleas por un lápiz, por que ella me miro mal; en los pijamas partí, etc. Se supone que debes pensar en que vas a ser mañana, que va a ser de tu vida, ya que todo pasa demasiado rápido y no podes quedarte parada un segundo. El solo hecho de pensar que ahora tenes que actuar como una persona que antes era chica, que mañana va a ser grande y que hoy es algo intermedio; pensar que todo va cambiando repentinamente. Vos con tus problemas, el con los suyos, ella con otros y yo con los míos; todo mundo con problemas distinto, con la cabeza en eso sin darse cuenta de las cosas que pasan al rededor, todos tan preocupados por lo suyo que no se interesa por la persona que hay al lado que tal vez la necesite. No puedo creer como HOY en día, se caguen en todo y en todos; como cierta gente hace cosas para salir victoriosas sin importarles nada los demás. Si tan solo dejáramos de pensar en nosotros por un instante y miráramos a los demás, como hablan, como actúan, lo que hacen y dicen; nos podríamos dar cuanta hasta la manera de pensar de esa persona y de tantas otras cosas, que por estar tan interesados en nosotros no miramos. No podemos siempre estar tan pendientes de nosotros, tenemos que darle tiempo a las personas que decimos querer, a la gente que día a día esta con nosotros que comparte tiempo y un mismo lugar. Si podemos ayudar a alguien, hacerlo. Escuchar a esas personas que necesitan un oído, tenemos que dar para recibir. Todo tiene un tiempo y una explicación; estamos llenos de preguntas sin respuestas, sin un porque, ni un cuando o donde, pero todo eso poco a poco se va a ir destapando. Todo pasa por algo y todo pasa, nada queda. El destino tiene un modo divertido cuando viene y se lleva todas las preocupaciones, YO hoy voy a vivir mis días, se que entre desear algo y conseguirlo hay una cuestión de tiempo y el problema es que ese tiempo entre lo que deseamos y su realización puede ser eterno. Pero no me voy a hacer problema porque todo lo que tiene que llegar va a llegar. La ansiedad, esa obsesión por que el futuro sea hoy, ese capricho del deseo inminente, esos momentos de espera difícil de digerir. Yo se que las cosas que importan de verdad necesitan tiempo, se que no hay que apurarse, siempre hay señales de claras de que eso va a llegar, no hay que desesperar. La incertidumbre mata, vuelve a la gente insegura, hace dudar de que eso que quiere tal vez nunca llegue. La ansiedad y la espera es larga pero es tan corta la vida y uno quiere todo ya. Tal vez por esa ansiedad uno termina perdiendo justamente eso que tanto quiere, por no darse el tiempo que necesita para que llegue lo que queremos. Las cosas que de verdad importan llevan tiempo, las cosas que valen cuestan trabajo. Por esa obsesión de que las cosas sean hoy, ya, como uno quiere, te podes perder y no ver lo que en verdad ya existe. Ocurre que a veces, la vida te cambia en un segundo.. tu mundo deja de ser tuyo por eso trata de hacer las cosas tranquilos, no solo pensar en vos, si no en todo y todos los que te rodean. Podes ganar o perder, eso va a ser decicion tuya. El tiempo pasa, eso lo sabemos.
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